23/04/2022 por Medirval 0 Comentarios
PROPIOCEPCIÓN…prevenir lesiones y evitar recaídas
La propiocepción es la capacidad que tenemos a través de nuestro sistema musculoesquelético de saber en qué posición nos encontramos, sin necesidad de utilizar la vista.
De manera autónoma somos capaces de adaptarnos a las irregularidades del terreno y desajustes del medio que nos rodea. Conseguimos así mantener la estabilidad articular bajo condiciones dinámicas.
Esto es posible a través de diversos receptores propioceptivos, repartidos por todo el organismo.
¿Qué son los receptores propioceptivos?
Por todo nuestro cuerpo tenemos repartidos estos receptores. Son como unos «sensores» que están continuamente dando información a nuestro cerebro.
A través de esta información, el cerebro se sitúa en el espacio y va a poder ejecutar diferentes movimientos y acciones determinadas.
Los receptores que intervienen en la propiocepción son:
- Los husos neuromusculares: situados en los vientres musculares.
- Los órganos tendinosos de Golgi: localizados en la unión del músculo con el tendón.
- Los receptores articulares: se encuentran en las cápsulas y ligamentos que forman las articulaciones.
- Los receptores vestibulares: están en el oído interno.
¿Cómo se trabaja la propiocepción?
Para trabajar la propiocepción hay varias fases de progresión en su recuperación.
En un primer momento, el trabajo puede ser dinámico y activo por el paciente. Pero siempre dirigido, asistido y controlado por un fisioterapeuta profesional. Se comienza ejerciendo presiones para guiar, resistir y asistir los gestos articulares.
Es muy importante la colaboración del paciente. Por ello, explicamos de forma exhaustiva y detallada al paciente la secuencia de ejercicios. Los cuales irán siendo más técnicos conforme se vaya recuperando el sistema propioceptor.
Estos gestos se tienen que realizar diariamente. Por eso, se adaptan para que el paciente los pueda realizar en casa.
Se diseña una progresión, que depende de la lesión y los requerimientos del paciente. En ésta, se pasa desde el decúbito supino con la movilidad sólo de la articulación a recuperar y siendo asistido por el fisioterapeuta, a un plano estable en bipedestación y con el captor postural de la vista. De ahí pueden introducirse otros parámetros como cambios de ritmo, planos inestables con ojos cerrados, e incluso planos inestables móviles.
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